Viveros de Alcornoques

El alcornoque es una planta apreciada y utilizada por el hombre desde la antigüedad. Los fenicios fueron los primeros en comprender la versatilidad de los alcornoques.

Una vez que los romanos desembarcaron en la isla de Cerdeña, aprovecharon los suministros de corcho para fabricar diversos objetos, desde sandalias a flotadores, redes de pesca, pero también sellos para las ánforas que transportaban vino y aceite a Roma.

Así, desde entonces y también a lo largo de la Edad Media, el corcho ha encontrado numerosas aplicaciones, utilizándose en la fabricación de los más variados objetos, especialmente los destinados al uso cotidiano. Gracias a la presencia de alcornoques, presentes sobre todo en Portugal, España, Italia y otros países del norte de África, se producen 300.000 toneladas de corcho al año

El cultivo de los alcornoques es un proceso que realmente requiere paciencia. De hecho, si decides sembrar una bellota, tienes que esperar al menos de 7 a 9 años para obtener una planta de al menos 1 metro de altura. Por ello, muy a menudo es necesario acudir a un vivero, donde es posible adquirir una ejemplar de al menos 1,5 metros de altura.

El precio de compra de esta planta es elevado y se corresponde con el tiempo que se tarda en cultivarla en el vivero.

Por lo tanto, si quieres ver y obtener los resultados de una planta ya crecida, es definitivamente aconsejable comprar un ejemplar ya desarrollado, ya que comprar uno joven puede ser más una inversión para futuras generaciones.

Esta especie se encuentra principalmente en las zonas mediterráneas, es decir, donde las fluctuaciones de temperatura no son demasiado grandes y, sobre todo, porque los períodos más fríos no dan lugar a temperaturas excesivamente duras.

El mejor lugar para colocar un alcornoque es sin duda una zona sometida a la luz directa del sol, pero también se puede elegir uno sombreado. Es aconsejable, durante los primeros 10-15 años de vida del roble, que esté protegido de las frías temperaturas invernales.

El sustrato de la planta debe ser ácido o subácido. Teniendo en cuenta el elevado coste de la planta, desaconsejamos su cultivo en un suelo inadecuado, ya que un trasplante adicional provocaría un retraso en el desarrollo del individuo.

No se recomienda el cultivo en macetas, excepto durante los primeros 10-15 años de vida del roble, tras los cuales se debe trasplantar al suelo. En cuanto a la plantación y todos los cuidados posteriores, es necesario realizar los tratamientos comunes a todos los tipos de árboles.

 A continuación, hay que cavar un agujero lo suficientemente grande, que pueda albergar un sistema de drenaje de al menos 10 centímetros de longitud. También es importante utilizar buenos abonos y soportes orgánicos para que la planta se desarrolle de forma regular y con una sujeción sólida y resistente a la intemperie. No olvides regar abundantemente durante el primer año.

Al igual que el resto de las plantas, los alcornoques deben ser abonados tanto en otoño como en primavera con productos orgánicos como el estiércol. No es necesario podar, salvo las ramas rotas o enfermas.

Los alcornoques, o los bosques de alcornoques, se encuentran principalmente en la parte occidental del Mediterráneo, es decir, el norte de África, la Península Ibérica e Italia.

La ubicación en el oeste se debe principalmente a razones climáticas, ya que necesitan un clima muy seco para garantizar un desarrollo óptimo. Por lo tanto, forman parte de los bosques templados-cálidos de hoja perenne que se encuentran comúnmente en el maquis mediterráneo.

Los suelos preferidos por los alcornoques son los ácidos y silíceos-arcillosos, pero no toleran la presencia de caliza.